Si hubieses llegado te llamarías Tomás.
¿Por qué? En realidad no lo sé, fue el primer nombre que vino a mi cabeza. Tal vez la vida para ti no hubiese sido buena o quizá sólo el principio sería difícil. Hubiese llegado de manera inesperada y en medio de un caos existencial. Pero nada de eso sería tu culpa.
Decidí encerrarte en mi corazón por egoísmo, por temor. Serás mi secreto mejor guardado pero al mismo tiempo serás parte de mi corazón. Te fundirás en mis recuerdos y sé que jamás te olvidaré. Decidí alejarte y quitarte lo único que te podía dar. Jamás pregunté tu opinión.
¿Me arrepentiré algún día?
Iré construyendo parte de la vida que te pertenecía, de los recuerdos que jamás tendrás, las cosas que te pertenecían... todo aquello que cruelmente te arrebaté.
Adiós y perdón... mi querido Tomás.
